jueves, 7 de marzo de 2019

Romangordo.Un pueblo muy pintoresco.Fantasía visual que te sorprenderá.



El municipio de Romangordo se encuentra situado en la vertiente nororiental de la Comunidad Autónoma de Extremadura, en la provincia de Cáceres, cerca del límite con la provincia castellana de Toledo.
Definir a la población de Romangordo es decir que es un museo al aire libre, abierto todas las horas del día, y que se puede disfrutar todos los días del año. Se trata de el pintado de trampantojos (ilusión óptica o trampa con la que se engaña a una persona haciéndole creer que ve algo distinto a lo que en realidad ve) y escenas típicas del mundo rural décadas atrás, llenando las calles de un colorido y una originalidad que sorprende al visitante a cada vuelta de esquina.

Si bien es cierto que iniciativas de este tipo se vienen realizando en otras poblaciones, no es menos cierto que el caso de Romangordo llama la atención. Primero por la calidad de los trabajos y la recreación de oficios y lugares que evocan a antiguos moradores de este pequeño y activo pueblo y segundo por la proliferación de los mismos, superando ya el medio centenar de murales y puertas de cocheras pintadas.




Viajar a este mágico pueblo significa disfrutar de imágenes que marcan la identidad de un pueblo,  ya que el Ayuntamiento propone un recorrido que además de las pinturas pasa por otros atractivos turísticos ya consolidados, como La Casa de los Aromas, el Ecomuseo del Tío Cáscoles o el centro de interpretación de la Ruta de los Ingleses.
La población ya contaba con una afluencia de visitantes más que aceptable -dado que también tiene varias rutas senderistas recuperadas y señalizadas y el yacimiento de Medina Albalat- su intención es proseguir con esta iniciativa para que el turismo siga creciendo.
Pero es  a raíz de querer recuperar rincones y espacios desaprovechados, que además daban mala imagen, y de algún viaje por ahí, en este caso a Zamora, donde vieron como trataban muros de este tipo.

Nuevas tecnologías

En las pinturas se han insertado códigos QR para que los visitantes puedan hacer sus propias visitas guiadas, recomendadas para toda la familia al ser una actividad muy visual.
Además de la evidente atracción turística, también se ha querido conservar la memoria de un pueblo a la vez que hacer un homenaje a los vecinos, pues en buena parte de los casos son personas reales las que se ven representadas en paredes y puertas.

De este modo tienen cabida el antiguo fabricante de gaseosas, el zapatero, el herrero, los molinos de trigo y el de aceite, un gallinero, el vareo de olivos, la cocina de migas, la siega, niños jugando en la calle, el rincón del burro, el bordado de un mantel, el ordeño de una vaca, la barbería, arar con bueyes, la taberna, la recogida de la miel, los emigrantes, el sastre, las floretas,... y así más de 50 composiciones.

Artistas extremeños

De su creación se están encargando, principalmente, tres artistas extremeños pertenecientes al colectivo Muro Crítico. Se trata del placentino Jesús Mateos Brea; de Jonathan Carranza 'Sojo', de Madrigalejo, y de David Bravo 'Chefo', de Moraleja, artífices de los murales, los más laboriosos debido entre otras cosas a su envergadura, mientras que para las puertas cuentan con la ayuda de otras dos personas.







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